Sermon at Christ Church
Quiero comenzar este sermon con una palabra griega y muy extraña: “Ourobolos.” Se lo puede traducir así: “el serpiente que muerde su propia cola.”
Este “ourobolos” es una imagen que tiene mas de tres mil años y aparece en varios mitos ancianos; sin embargo, no sabemos exactamente lo que significa. Hay algunas teorías: puede ser que el serpiente es símbolo de la fata, que se entiende como un ciclo perpetuo de creación y destrucción en muchos paises (por ejemplo en la nación de Japón, en que los humanos construyen y los terremotos destruyen, una, y otra, y otra vez.)
Podemos decir que los pensamientos humanos ocurren en un balancín escondido, y cada idea contiene una oposición implícita. La palabra “arriba,” por ejemplo, contiene una oposición con “abajo,” y “abajo” con “arriba.” El “ourobolos,” entonces, contiene también una oposición: la destrucción escondida dentro de la vida. El ser humano tiene un aspecto del ourobolos!
Similud de ourobolos no es de los paganos solo; nostotros Christianos tambien tienen un poquito de ourobolos en dentro. Nosotros como seres humanos queremos y necesitamos saber donde estamos: en frente de Dios. En verdad todo depende, no de nosotros, sino de él. La idea central del evangelio del Señor - el corazón, digamos, del evangelio - es que todo depende de la decisión misericordiosa de Dios, y solo de esta decisión. En el mesaje del evangelio no hay niguna oposición. No podemos lograr ni merecer nuestra propia salvación por nuestras propias obras. ¡Somos recipientes de la gracia divina solo!
Sin embargo, despues, vamos a tener dudas: “¿Es posible que Dios no me ha escogido? ¿Es posible que yo no he recibido su misericordia ni su gracia?” Con estas dudas, es natural que nosotros convertidos vamos a buscar alguna garantía, y nosotros como cristianos buscamos señales o rastros - o como dice la Biblia, frutas. Si puedo encontrar señales de gracia y salvación en mi vida, entonces puedo asegurarme de la misericordia de Dios.
Pero vamos a encontrar muy pronto un gran problema con esto: que es la distinción entre esas “frutas” misericordiosas de la gracia de Dios y las “obras” con que intentamos merecer la salvación? San Pablo nos dice muy claramente que las obras son el opuesto de la gracia - pero es fácil confundir frutas y obras. Opuesto! Pero cuando tenemos ansiedad de nuestra salvación, buscamos que nuestras obras (o frutas) demostren que hemos recibido la gracia - es decir… ¡Ourobolos! El serpiente de la gracia muerde su propia cola de obras. Parece al final que nuestra salvación depende de nuestras obras, como la construcción japonesa depende de la destrucción del terremoto. Nuestra obra ha entrado a la Puerta de atras.
¿Como vamos a escapar esta ansiedad, este serpiente en la alma humana? Martín Lutero, el Reformador grande de la Iglesia del siglo XVI, nos ha dado una definición útil de “fruta:” la fruta cristiana es todo lo que se produce, de forma automática, el árbol bueno. Eso ayuda un poquito; pero, cuando nuestra ansiedad entra, el problema central del “ourobolos”, nuestra accion contra la accion divina, todavía no se ha resuelto.
En el evangelio de hoy, Jesús sana a diez leprosos. Luego, uno de ellos regresa para decirle gracias. Este ejemplo es importante para nosotros, porque nos muestra claramente la sucesión. Ese leproso sanado ha hecho una cosa buena, y bien importante, en mostrando gratitud a Jesús; pero eso no es una obra que hizo para merecer su buena salud. Jesús no sanó al leproso porque lo merecía; no sanó los leprosos teniendos gratitude solo. Jesús sanó al leproso, y después, el hombre le dió una gratitud vicaria y libre. En esta palabra “gracia” se encuentra y se conecta los dos: primero el leproso recibe la gracia de Dios, y entonces el expresa sus gracias como respuesta. La fruta de decir dar gracias a Dios sí es importante, pero no es la causa de su salvacion, ni una condición de recibir esta gracia. ¡Vemos que nueve leprosos recibieron la gracia de Jesús sin tener que darle gracias! el orden es importante- primero gracia del Señor, entonces repuesta, dar gracias como repuesta. En el corazon del ser humano contiene Ourobolos, si, pero nuestra salvacion depende la accion previa de un otro, Jesus,.
Hoy en día, hay una expresión muy popular: “Haz que el primero se quede el primero.” Es decir que lo que hace Jesús para salvarnos siempre es el primero que ocurre. En nuestra doctrina, esta idea se llama la justificación. Entonces Dar gracias viene, después,: como el resultado de la justificación, no como su causa. Es la expresión del reconocimiento del don de vida nueva en Cristo. Este acto de dar gracias se llama santificación en la doctrina. La gracia que recibimos, la justificación, es la única que necesitamos; las gracias que expresamos, la santificación, es todo lo que hacemos en el mundo para vivir en la luz de esta justificación. La justificación viene del reino de Dios, y la santificación es nuestro camino del corozon de gratitud en que viajamos (y sufrimos) en este tiempo.
¿Y el serpiente? El símbolo cristiano no es el Ourobolos, pero el nuevo testamento tiene un serpiente diferente, como un símbolo de consejo que utiliza Jesús en su evangelio. Esta bien que vivamos inocentes tanto como palomas,y sabios como serpeintes. porque ya somos justificados por la gracia de Cristo(palomas) aunque todavía vivimos en un mundo muy corrupto (serpientes sabios)..la iglesia nos ayude ser los dos!
Les voy a explicar de otra manera. Lo primero–que se quede el primero–es la voz del Señor, en la historia, en la Biblia, y en tu propia vida. El Señor es primero él que tiene la autoridad y la voz a decir la absolución del pecado. La justificación es otra palabra por el poder que tiene Dios a cambiarnos y salvarnos. Entonces su voz nos dirige y nos anima a vivir en su ámbito. Y nosotros eschemos primero que en Cristo nuestro Padre celestial les llama sus queridos hijos e hijas, ahora y en realidad. Tu llamado es de proclamar la sencillez e inocencia del evangelio, que viene de Dios y no de nosotros.
El trabajo secondo de la iglesia es para mostrar como podamos vivir en acuerdo de el evangelio, el llamado del serpiente. A veces, será decepcionante; será despacio; será gradual. Pero por el Espíritu Santo, sí será posible mostrar y vivir en esta dirección. El Espíritu nos cristianos da la capacidad de contribuir con el en una vida real, y corporal, y contextual; el Espíritu está con nosotros, aunque no puede ser manipulado por nosotros. Nos da la capacidad para…
Celebrarmos la eucaristía, es decir, dar gracias a Dios,
Y recordarnos todos del corazón del evangelio.
Y bendecir ellos los que regresan para expresar gracias
Y servir sus vecinos como una palabra viva de gracas
Y plantear semilla de brotes de vida nueva.
Dudas? Si. Conflictos? A veces. Pero nuestro llamado aqui consiste dar gracias por su gracia divina.
Voy a concluir mi sermón con una descripción de la gran catedral francesa de Chartres. En el piso de esa catedral, hay un laberinto, que es un símbolo de nuestra vida humana. En el centro, en el centro del laberinto, hay un corazón rosado, y hay también una vidria por arriba que resplandezca luz de color rosada al piso. La meta del laberinto, tanto como el camino, reciben la misma lindísima luz, y reflejan la misma lindísima color. De la misma manera, mientras caminamos hasta cuando llegamos, resplandece sobre nosotros esta luz perpetua, esta gracia divina. Nosotros seamos listos a presentar las buenas nuevas del camino y de la meta a la gente bendita de Christ Church en sur Dallas ¡Amén!


